- C&L Abogados
- 19 jun
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5 claves indispensables para evaluar a tus contratistas
En el dinámico y altamente regulado panorama de los proyectos en Chile, la gestión de riesgos va mucho más allá de las operaciones internas. Una verdad innegable es que la conducta de tus contratistas y subcontratistas puede tener un impacto directo y severo en la continuidad de tu proyecto y en la responsabilidad penal de tu empresa. Por eso, contar con un sistema robusto de evaluación y control de terceros es una necesidad imperante.
Aquí te presentamos 5 claves esenciales para evaluar a tus contratistas y fortalecer tu modelo de compliance:
1. Comprende los riesgos asociados a terceros
Los terceros, como contratistas o consultores externos, pueden generar riesgos significativos tanto en el ámbito legal como operativo. Delitos como el cohecho, la falsificación de documentos y la contaminación, cometidos por terceros, pueden acarrear consecuencias penales y administrativas para tu empresa. Además del impacto normativo, un conflicto ambiental o social originado por un tercero puede dañar gravemente tu reputación y poner en riesgo la relación con comunidades, autoridades y financiadores, incluso llevando a la suspensión o cancelación de obras.
2. Adáptate al marco normativo vigente
El marco jurídico chileno que rige la prevención de riesgos derivados de la actuación de terceros se ha fortalecido progresivamente. La Ley N° 20.393 establece expresamente la necesidad de extender los modelos de prevención de delitos a los terceros que actúan en representación o bajo la supervisión de la empresa, incluyendo contratistas y subcontratistas. Más aún, la reciente Ley N° 21.595, que sistematiza los delitos económicos y ambientales, incorpora nuevas figuras penales relevantes para el sector, establece sanciones más severas y amplía los supuestos en los que una empresa puede ser penalmente responsable por hechos cometidos por terceros. Ignorar estas obligaciones legales implica un riesgo legal, reputacional y operativo significativo.
3. Implementa un sistema de evaluación robusto desde el Inicio
Un sistema eficaz de evaluación de terceros requiere establecer criterios claros para identificar y clasificar el nivel de riesgo que representa cada proveedor o contratista. Considera factores como el impacto que puede tener su actividad en el proyecto, el acceso que pueda tener a procesos decisionales dentro de la organización y su historial previo en materias legales, financieras o de cumplimiento normativo. Es fundamental contar con una ficha de evaluación inicial que recopile información clave (situación jurídica, antecedentes financieros, cumplimiento tributario y eventuales sanciones administrativas o judiciales), complementada con la exigencia de declaraciones juradas sobre la inexistencia de conflictos de interés, inhabilidades legales y antecedentes penales, especialmente en delitos económicos o ambientales. Toda esta información debe quedar debidamente registrada y respaldada en un archivo documental accesible para auditorías internas o externas, lo que permite demostrar que se han aplicado criterios objetivos y razonables al momento de seleccionar y contratar a un tercero.
4. Desarrolla una matriz de riesgos específica para proveedores
Es indispensable contar con una matriz de riesgos específica para proveedores y contratistas. Esta matriz debe construirse considerando tanto los factores inherentes al proveedor (historial de cumplimiento, naturaleza jurídica, ubicación o nivel de exposición normativa), como los factores vinculados al proyecto (por ejemplo, el tipo de actividad que desarrollará, la cercanía con comunidades sensibles o el acceso a información estratégica). Contar con una matriz de este tipo permite visualizar de forma clara cuáles son los proveedores que presentan mayores riesgos para la organización, priorizar recursos de supervisión, definir medidas de mitigación proporcionales y documentar adecuadamente las decisiones adoptadas. Asimismo, facilita la rendición de cuentas ante auditorías, fiscalizaciones o investigaciones.
5. Refuerza tus contratos con cláusulas de compliance
Un elemento central para la gestión de riesgos asociados a contratistas y proveedores es la incorporación de cláusulas contractuales específicas que refuercen las obligaciones de cumplimiento normativo y prevención de delitos. Es fundamental establecer la obligación expresa del tercero de adherir y dar cumplimiento al modelo de prevención de delitos del mandante, incluyendo sus políticas internas, códigos de conducta y protocolos de actuación. El contrato también debe contemplar el derecho del mandante a auditar al contratista, ya sea directamente o mediante terceros designados, con el fin de verificar el cumplimiento de las obligaciones legales, ambientales y de integridad asumidas. Además, debe incluirse una cláusula que permita la resolución anticipada del contrato en caso de infracciones graves a las normas de compliance, tales como la comisión de delitos, la falsificación de documentos o la obstrucción de fiscalizaciones. Finalmente, es recomendable incorporar disposiciones de indemnidad y cooperación, que obliguen al tercero a resarcir cualquier perjuicio derivado de su conducta infractora y a colaborar activamente en eventuales investigaciones administrativas, judiciales o internas.
Conclusión
En síntesis, el control de terceros se ha consolidado como una herramienta estratégica para asegurar la sostenibilidad legal, reputacional y operativa de cualquier proyecto, especialmente en sectores altamente regulados como el minero y ambiental. Evaluar a tus contratistas es una necesidad impostergable y, en un futuro cercano, una condición indispensable para seguir participando en un ecosistema empresarial cada vez más exigente. La adopción de un enfoque preventivo basado en la debida diligencia, la trazabilidad documental y la respuesta oportuna ante incumplimientos, permite reducir significativamente los riesgos asociados y fortalecer la posición de la empresa frente a eventuales procesos administrativos, judiciales o reputacionales.